martes, 13 de julio de 2010

DRM, o por qué los piratas tienen razón


Las plataformas de DIGITAL RIGHTS MANAGEMENT se encargan de controlar los usos posibles de los productos culturales (digitales).

La magia del uso privado está en el remix, y cualquier cosa que intente limitarlo atenta contra nuestra privacidad, y contra nuestra libertad.


PRINCIPIOS BÁSICOS


De lo que se trata, en definitiva, es de asegurar que las películas, canciones, juegos y libros que consumimos no puedan ser reproducidos ilegalmente. Se busca evitar la copia y el préstamo, que se facilitan gracias al traspaso hacia los medios digitales.

Hoy podemos seleccionar una canción, un disco entero, y multiplicarlo una cantidad infinita de veces en la red, poniéndolo a disposición de cualquiera con una conexión a Internet y un link adecuado.

Y esa posibilidad va completamente en contra del modelo de negocios de los intermediarios que se encargan de comercializar productos culturales. Por eso implementan DRM: sistemas que regulan los “derechos” digitales del consumidor, o bien el rango de posibilidades que puede aplicársele a tal o cual archivo.

Aplicado a la música, el DRM suele significar limitaciones sobre los dispositivos que pueden leerla.

El caso de los e-books también es notable: una vez que los compramos, se nos impide copiar, imprimir o prestar sus páginas, solo nombrar algunos verbos.

Alguien que compra un archivo con DRM no esta adquiriéndolo, sino pidiendo permiso.


NO FUNCIONA, PERO LES FUNCIONA


Tal como lo expresa Agustín Capeletto en la revista Users, los sistemas de gestión de derechos digitales solo perjudican a los que la industria llamaría consumidores “legítimos”. Los piratas no son los que sufren por este tipo de sistemas, sino aquellos que están dispuestos a pagar a la discográfica por el trabajo de su banda de rock preferida. Los únicos que se ven limitados por el DRM son los que justamente no deberían.

Los denominados piratas, por su parte, se encargan de eliminar cualquier rastro de DRM de sus archivos. Cualquier sistema, por más duro que sea, por más seguros y pruebas contra fallo se presente…estará liberado al día siguiente.

Los sistemas de Digital Rights Management dejaron así de ser una herramienta contra el supuesto flagelo de la piratería, y en su lugar se convirtieron en un cepo contra las libertades de los consumidores.

Se trata de asegurar un flujo continuo de dinero de aquellos consumidores considerados “legítimos”.

Lo que hacen es crear necesidades artificiales, obligando sus consumidores a volver a adquirir aquello que haya expirado.


POR QUÉ LOS PIRATAS TIENEN RAZÓN


Las personas que la industria considera piratas tienen completa y absoluta razón en quebrar los sistemas DRM y en pelear por su eliminación.

Aquí no se trata de develar si una descarga no legal equivale a una venta perdida, sino de discutir que implica en la realidad los sistemas de gestión de derechos digitales.

Ninguna ley de derechos de autor, ningún enfoque al problema de la propiedad intelectual debería ir tan lejos: lo que hace el consumidor con aquello que adquiere legalmente no puede ser limitado por nada ni nadie.

Estamos hablando de las cosas que podemos hacer en privado con los productos culturales. Cuando compramos un libro, es nuestro; cuando compramos un e-book, la editorial nos lo presta por un tiempo.

Existe todo un segmento de la industria dedicado a limitar las posibilidades de la cultura. El mundo en que los intermediarios de la cultura quieren crear es uno donde cada persona esté obligada a comprar sus productos. Donde el préstamo no exista, o sea penado por la ley. Donde el remix esté fuera de las posibilidades, aún cuando forma parte lógica del avance de la cultura. Lo que intentan hacer es frenarlo para continuar engordando sus bolsillos.


Si quieren continuar cultivándose en el tema del DRM, pueden ingresar en el sitio www.defectivebydesign.org



Entrada realizada por: Florencia Strano y Agustina Prola

2 comentarios:

  1. Me parece excelente la forma en que aprovecharon las reales capacidades del blog: incorporando todo tipo de herramientas multimedia y vínculos externos para ampliar la información.
    Lo que no me queda claro, y deberían hacerlo notar, es que ustedes parten de un artículo escrito por otra persona en un medio gráfico pero en ningún caso ustedes les hacen referencia. Hay que citar de alguna forma el origen de la información. Y así, además, hubiesen podido separar claramente sus opiniones personales de las emitidas en la revista.
    En conclusión: el formato, impecable, el contenido, se puede mejorar.

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  2. Ah! Me olvidaba, si se trata de un trabajo individual, la entrada se identificará automáticamente. Pero si es grupal, recuerden colocar al pie los nombres de los autores de la entrada. Gracias!
    ProfeRicardo

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